Título: Títere con cabeza.
Autor: Manolo García.
Género: Relatos.
Formato: Tapa blanda.
Fecha de Publicación: 07/11/2024.
Nº páginas: 192.
Editorial: Verso&Cuento - Aguilar.
Manolo García reflexiona con ironía en su primer libro de relatos sobre nuestra posición en el mundo a traves de historias humanas de supervivencia y picaresca que trazan un retrato de todos nosotros.
Títere con cabeza es un beatus ille moderno, una crítica desde el humor y la reflexión cáustica a nuestra vida actual, tan llena y tan vacía, a nuestras estructuras mentales y sociales, y una llamada a la animalidad, al instinto y a dar valor a las cosas más anodinas y sencillas de la existencia.
A traves de los relatos de este libro, Manolo García nos introduce en una máquina del tiempo, nos hace viajar al pasado, a Woodstock o a la guerra civil española, y a la vez nos proyecta a futuros donde la IA y los androides son protagonistas. Sin embargo, los personajes de todos ellos parten de una premisa común: su pasmosa, simple y minúscula condición de humanidad. Son historias anti epicas, anti heróicas, de supervivencia y picaresca, que componen un retrato grotesco y a la vez entrañable de todos nosotros.

N. del L.: Cabe pensar que si el autor no fuera un reconocido -y bien merecido en el ámbito de la música- todoterrenos del arte, esta obra no habría visto la luz.
A aquellos seguidores que han profundizado en su carrera a través de entrevistas, no se les van a escapar multitud de momentos en el texto en los que se vislumbra la base de las experiencias propias del autor.
Este libro bien podría haberse llamado Apelativos por doquier sin rubor alguno, pues para poder avanzar en su lectura es necesario estar sobreinstruído o mantener bien cerca un diccionario para no tropezar en una de cada tres frases; aunque en varios de los incluídos en este cúmulo de textos se acaba por no saber cual de los dos volúmenes sería el glosario de términos.
Da pena pensar en si la editora de la obra ha hecho su trabajo a conciecia, pues cualquier iniciado en literatura -y escritura- puede detectar llamativos gazapos que bien revisados no habrían tenido lugar en el texto.
Por último, habría que tratar de no imaginar a aquellas pobres álmas cándidas, que en minoritario grupúsculo de seguidores -nadie sabe cómo ni porqué- no han llegado a leer más allá que las etiquetas de los botellines que ingieren a destajo, y pretendan bucear a fondo -o tan siquiera, someramente- en el sentido de sus páginas.
En resumen, la adornada poesía, en canciones queda mucho mejor; en estos relatos, el recargo de adjetivos frena la lectura cómoda y saca al lector del entorno seguro de la obra.
